8/31/2011

Las leyes sobre la discriminación, discriminan


Las leyes sobre la discriminación, discriminan.
Por: José Roberto Escamilla.

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española en su versión en la red (www.rae.es) define discriminar como: 1) Seleccionar excluyendo o 2) Dar trato de inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, etc.”. Entonces legislar a favor de un grupo de personas por cualquier motivo discrimina al resto de la población y por otra parte - sin querer queriendo – muestra que se necesita una legislación especial pues es un grupo de personas “diferentes” que no son capaces de valerse por sí mismo. 

Durante mucho tiempo en mi niñez fui “discriminado” por ser zurdo, de pie plano, “gafufo”,  gordo, alto y tímido. Tuve que pasar gran parte de mi niñez escribiendo en pupitres para diestros, mandando hacer zapatos especiales o importarlos porque no conseguía la talla o la plantilla para el pie plano en Colombia. También aguanté muchos años gente burlándose por mi gordura, mis gafas y mi precaria habilidad para interactuar con las personas. Fue una etapa difícil de mi vida. Si. Pero creo que logré superarla y sin ninguna legislación. Efectos secundarios: Aprendí a comprar por internet e importar productos que no encuentro en el país; puedo realizar varias actividades con la mano derecha y tengo la tendencia de preferir ambientes donde la gente es tolerante y me quiere por lo que soy. En otras palabras “logré adaptarme a mis circunstancias y seguir viviendo”. No voy buscando la aceptación de todo el mundo y mucho menos buscando que todo el mundo cambie por mi condición. Citando a  Johann Wolfgang Von Goethe: “El talento se educa en la calma y el carácter en la tempestad” 

Salvo los niños, los ancianos y los discapacitados. El legislar por otras condiciones es solo una protección pasajera pues los gobiernos y las leyes cambian; y si la balanza de la justicia se inclina de nuevo en contra de estos grupos de personas. No solo se encontrarán indefensos sino que faltos de carácter que les impida responder ante la adversidad. 

Es deber de la misma sociedad educar a niños y adultos en el respeto, la tolerancia y la solidaridad y así no tener que castigar por comportamientos generados por la fuerza del habito y la costumbre. 

Esto pasa cuando los padres dejan la formación académica, ética y moral de sus hijos solo en manos del Estado o de particulares sin tomar parte activa de la misma.      


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