9/26/2011

El Peso de la Violencia

El peso de la violencia
Por: José Roberto Escamilla Escamilla

Hace ya un rato que no veo noticieros pues he notado que malgeniado ando y cualquier cosa me hacía explotar. Hace una semana empecé a leer sobre la economía social de mercado la cual fue la ruta a seguir por Alemania y Austria para su recuperación después de la segunda guerra mundial. Es un modelo bastante llamativo pues llevo a Alemania a ser el tercer país más rico del mundo y el segundo exportador más grandes después de China. Si comparamos territorio, población y recursos disponibles seria el modelo que Colombia debería seguir para su desarrollo como nación.

Pero en ninguna parte he podido encontrar como se pudo reconstruir y volver a la vida la población alemana en un conflicto que les dejo 5 millones de muertos (1939 -1945), ciudades totalmente destruidas y poblaciones desplazadas. Si esto lo comparamos con las  52 mil muertes del conflicto interno Colombiano (1964 – 2010) esto nos deja mucho en que pensar.

El punto es que algunos de nosotros vamos acumulando rencores productos de la violencia que nos tocó vivir y otro tanto heredados de tiempos que no nos corresponde. Se supone que para hacer la paz hay que dejar de lado los rencores y empezar de nuevo ¿Pero cómo?

Peor aún esa violencia que antes era netamente armada ahora se trasladó a la familia, la forma como manejamos y hasta la forma como nos expresamos ante los demás.
Nos hemos convertido en una sociedad que tolera las muertes a granel y la única forma de protestar y responder ante la violencia es con más violencia.

Creo que mi generación ya tomó parte en el conflicto así como nuestros padres y como dice el dicho popular “la fruta no cae muy lejos del árbol”. ¿Cómo hacer para no transmitirle ese odio y ese rencor a los que están por nacer?”. Será que nosotros seremos tan valientes de tragarnos todo ese odio y ese dolor para empezar a reconstruir nuestra sociedad o legaremos esa responsabilidad en las “futuras generaciones”.  Hay dos caminos o nos acabamos a bala y dejamos el terreno disponible para el repoblamiento o hacemos las pases de una vez por todas. Es como dejar de fumar. Se hace de una vez porque de a poquito a poquito no funciona. 


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